16 marzo 2010

La maternidad después del cáncer de seno

Foto: Gemzies

El cáncer de mama es una enfermedad que puede afectar a las mujeres en cualquier momento de su vida. Y si bien es cierto que uno de los factores es la edad, ha habido casos de mujeres jóvenes, solteras y sin hijos que han padecido la enfermedad.

El ser diagnosticada con cáncer de mama interrumpe el desarrollo normal de nuestra vida, especialmente si somos jóvenes adultas y aun no hemos podido llevar a cabo ciertas metas, como ser madres.

Para muchas mujeres jóvenes tener hijos después de haber superado un cáncer de mama, es una aspecto fundamental para poder seguir adelante con sus vidas. Sin embargo, es una decisión que debemos tomar con mucho cuidado, buscando mucha información sobre cuáles son los riesgos y qué medidas de prevención debemos tomar y sobre todo conversándolo con nuestra pareja, y nuestro médico tratante.

Por un lado, hay algunos especialistas que consideran que, dado que el cuerpo produce más estrógenos durante el embarazo y estos estimulan el crecimiento de algunos tumores, el embarazo aumenta el riesgo de recurrencia. Sin embargo, hay muchas mujeres con cáncer de mama que quedan embarazadas, tienen a sus hijos y se mantienen libres del cáncer por muchos años. Para las sobrevivientes del cáncer, el concebir y cuidar a un hijo puede ser una celebración de la vida y un compromiso para el futuro.

Los tratamientos que ayudan a combatir el cáncer pueden afectar la habilidad de tener hijos. La cirugía y la radiación contra el cáncer del seno, normalmente no tienen incidencia en el sistema reproductivo, y la fertilidad no resulta afectada. Sin embargo, la quimioterapia sí puede aumentar el riesgo de infertilidad o contribuir a una menopausia prematura (antes de los 40 años).

Los especialistas señalan que los efectos de la quimioterapia sobre la reproducción varían dependiendo de la edad. También afectan los medicamentos que se nos suministra durante la quimioterapia y el total de dosis que se apliquen. Entre mayor sea la edad y mayor la dosis recibida, existirá más posibilidad de tener problemas para concebir.

Es muy importante que aprendamos a tener paciencia. Superar un cáncer de mama hace que tengamos una perspectiva diferente y tal vez queremos apresurarnos a vivir. Pero debemos ser muy cuidadosas con nosotras mismas. Por ello, como las posibilidades de recurrencia de la enfermedad son mayores durante los primeros dos años después del diagnóstico inicial, algunos médicos sugieren que se debe esperar entre dos a cinco años para quedar embarazadas.

Hoy en día existen varias alternativas que ayudan en el proceso de quedar embarazada. Sin embargo, lo principal es consultar a nuestro oncólogo para que pueda evaluar de forma individual nuestro caso y recomendarnos la mejor opción. Además, nadie mejor que nuestro médico para explicarnos cómo estos tratamientos pueden afectarnos y cuáles son los riesgos que tenemos.

Apoyarnos en nuestra gente
El apoyo de nuestra familia y amigos también es fundamental en esta decisión. Y si es posible conversar con alguien que está en una situación similar a la nuestra, será de gran ayuda para poder resolver algunos miedos que podamos tener. La experiencia de los demás nos puede servir como guía y nos dará confianza para tomar nuestras decisiones y hacer nuestros planes para el futuro. Pero recuerda, que siempre lo más importante es escucharnos a nosotras mismas para saber exactamente qué queremos. Nosotras somos lo más importante.

Finalmente, creo que no debemos cerrarnos a las oportunidades y alternativas que se nos presenten. La adopción puede ser una excelente alternativa para aquellas mujeres que no pueden tener hijos.