Según datos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, hay más mujeres mayores de 50 años con cáncer de seno. ¿Por qué? Pues como ya hemos comentado, la edad es un factor de riesgo para esta enfermedad y alrededor de los 50 años usualmente nos encontramos atravesando cambios hormonales importantes -como la menopausia- que influyen en el desarrollo del cáncer de mama.
Las mujeres tenemos dos tipos de hormonas: estrógenos y progesterona. Los estrógenos son las hormonas del crecimiento, mientras que la progesterona se conoce como la hormona de la maternidad. Durante los últimos años de trabajo del ovario, la mujer comienza a hacer ciclos anormales y deja de ovular. Al no haber ovulación, no hay producción de progesterona ni de estrógenos.
Durante la menopausia, algunos médicos recomiendan un tratamiento hormonal sustitutivo (que consiste en combinar estrógenos y progestativos) para combatir los síntomas más molestos e insoportables. Sin embargo, los especialistas indican que las mujeres menopáusicas con antecedentes familiares de cáncer de mama o con otros factores de riesgo no deben usar estrógenos como terapia de reemplazo hormonal; y en caso lo hagan, deben tener control médico estricto.
Además, el tratamiento hormonal sustitutivo está formalmente contraindicado en pacientes con antecedentes personales de cáncer de mama.
Es importante conocer cómo estos tratamientos pueden afectarnos y para ellos debemos conversar con nuestro médico para que despeje todas nuestras dudas; especialmente si sabemos que tenemos varios factores de riesgo (como la edad y los antecedentes familiares). Recordemos que en la lucha contra el cáncer de mama la información es poder.
Además, es recomendable que lleguemos a esta etapa en una óptima condición física y con unos hábitos y estilo de vida saludables: dejemos el cigarro y las comidas saturadas, hagamos ejercicio frecuentemente y tratemos de mantener un nivel de estrés razonable. Lo más importante, recordemos que en esta etapa de nuestra vida es imprescindible nuestra mamografía anual.
A tener en cuenta:
• El riesgo aumenta a medida que el tratamiento se prolonga: el cáncer puede aparecer al cabo de 5 años de tratamiento.
• El riesgo de cáncer de mama existe sin importar si los estrógenos son administrados por vía oral o a través de inyecciones.
• El riesgo de cáncer aumenta sin importar si los progestativos son administrados de manera continua o de manera secuencial.
Las mujeres tenemos dos tipos de hormonas: estrógenos y progesterona. Los estrógenos son las hormonas del crecimiento, mientras que la progesterona se conoce como la hormona de la maternidad. Durante los últimos años de trabajo del ovario, la mujer comienza a hacer ciclos anormales y deja de ovular. Al no haber ovulación, no hay producción de progesterona ni de estrógenos.
Durante la menopausia, algunos médicos recomiendan un tratamiento hormonal sustitutivo (que consiste en combinar estrógenos y progestativos) para combatir los síntomas más molestos e insoportables. Sin embargo, los especialistas indican que las mujeres menopáusicas con antecedentes familiares de cáncer de mama o con otros factores de riesgo no deben usar estrógenos como terapia de reemplazo hormonal; y en caso lo hagan, deben tener control médico estricto.
Además, el tratamiento hormonal sustitutivo está formalmente contraindicado en pacientes con antecedentes personales de cáncer de mama.
Es importante conocer cómo estos tratamientos pueden afectarnos y para ellos debemos conversar con nuestro médico para que despeje todas nuestras dudas; especialmente si sabemos que tenemos varios factores de riesgo (como la edad y los antecedentes familiares). Recordemos que en la lucha contra el cáncer de mama la información es poder.
Además, es recomendable que lleguemos a esta etapa en una óptima condición física y con unos hábitos y estilo de vida saludables: dejemos el cigarro y las comidas saturadas, hagamos ejercicio frecuentemente y tratemos de mantener un nivel de estrés razonable. Lo más importante, recordemos que en esta etapa de nuestra vida es imprescindible nuestra mamografía anual.
A tener en cuenta:
• El riesgo aumenta a medida que el tratamiento se prolonga: el cáncer puede aparecer al cabo de 5 años de tratamiento.
• El riesgo de cáncer de mama existe sin importar si los estrógenos son administrados por vía oral o a través de inyecciones.
• El riesgo de cáncer aumenta sin importar si los progestativos son administrados de manera continua o de manera secuencial.