22 diciembre 2009

El amor es la clave: Un mensaje que no debemos olvidar

foto: worthington libraries

Todos quienes manejamos cuentas de correo electrónico, sean personales o laborales, solemos recibir las llamadas “cadenas” o mensajes que fueron reenviados una y otra vez. Algunos los borramos, otros nos tomamos el tiempo de leerlas y, en caso de considerarlos relevantes, los enviamos a nuestros contactos. En otros casos, estos mails van directo a la papelera como “no deseado”.

En esta oportunidad nos pareció oportuno compartir dos historias sobre amor y esperanza, de personas que han tenido o vivido de cerca experiencias relacionadas al cáncer de mama. Probablemente los hayan tenido en su bandeja de entrada, pero en caso no los hayan leído, aquí los posteamos a continuación:

…Un señor de alrededor de 50 años entró discretamente a un café y se sentó a una mesa desocupada. Antes de hacer su pedido, se percató de un grupo de hombres más jóvenes sentados en una mesa cercana, se estaban riendo. Le resultó obvio que se estaban riendo y burlando de él. No tardó demasiado en recordar que llevaba puesto un pequeño lazo rosado colocado sobre la solapa de su chaqueta y que éste era el motivo de las risas.
Al principio los ignoró, pero las risas comenzaban a irritarlo. Miró a uno de ellos, señaló su lazo y le preguntó: “¿Esto te causa gracia?”
Con eso, los hombres se miraron entre sí, desconcertados. Aún tratando de contener la risa, uno de ellos le contestó: “No lo tomes a mal, sólo comentábamos lo lindo que te queda el moño rosado con ese saco azul”.
Con un gesto amistoso, el señor invitó al bromista a sentarse a su mesa. Incómodo como estaba, el joven aceptó, sin saber bien para qué.
Con voz muy calmada, el señor le explicó: “Llevo puesto este lazo rosado para alertar a todos sobre el cáncer de mamas. Lo llevo puesto en honor a mi madre.”
“Señor, perdone usted. ¿Su madre murió de cáncer de mamas?”. “No, no está muerta. Felizmente está viva y muy bien de salud. Pero fueron sus senos los que me alimentaron cuando era un bebé. Y en sus senos fue donde descansé mi cabeza cuando estaba atemorizado o triste cuando era un niño pequeño. Estoy muy agradecido por los senos de mi madre por la salud de la que goza hoy.”
“Hummm”, contestó el joven, “¡claro!”. “También llevo puesto este lazo rosado en honor a mi esposa”, siguió el señor. “¿Ella también está bien?”, preguntó el muchacho.
“Oh, sí. Ella está perfecta. Y con sus senos alimentó y nutrió a nuestra hermosa hija hace 23 años. Estoy muy agradecido por los senos de mi esposa y por su salud.” “Entiendo. Así que supongo que también lo llevas puesto en honor a tu hija.”
“No, ya no puedo llevarlo puesto en honor a mi hija, para eso es tarde. Ella falleció de cáncer de mamas hace un mes. Ella creyó que era demasiado joven para tener cáncer de mamas. Así que, cuando casualmente se notó un bulto, lo ignoró. Ella pensó que como no le causaba dolor, no había nada de qué preocuparse.”
Ahora abatido y avergonzado, el joven le dijo, “Oh! señor, cuánto lo siento...” “Por eso, en memoria de mi hija, también llevo puesto este pequeño lazo rosado, porque me permite otorgarle a otros una oportunidad que yo ya no tengo. Así que ahora, anda y conversa esto con tu esposa y tu hija, tu madre y tu hermana, así como también con tus amigos.”
“Y toma...” El señor metió su mano en el bolsillo y sacó otro pequeño lazo rosado y se lo entregó al hombre joven. El muchacho miró el lazo que le fue entregado y levantando su cabeza le pregunto al señor: “¿Me ayuda a ponérmelo........?”
A veces es difícil contar nuestra propia historia. Pero llevar el mensaje de lo que hemos vivido ayudará a otras personas. Además, de esta manera podemos llevar información útil a las personas y ayudarlas a tomar mejores decisiones.

...

Una mujer mayor con su vida ya en los años dorados, una buena vida, un esposo, hijos, nietos. De pronto un día sintió algo extraño en un pecho, fue al medico, y los exámenes revelaron que tenía un tumor en el pecho.
Lloraba, no podía creer que a ella que siempre había sido una buena madre, buena abuela, y amaba el Señor sobre todas las cosas podía sucederle algo así. Sólo quería morir, toda palabra que se le dijera era poco, estaba desolada, no dormía…
Pero una noche su esposo se sentó al lado de ella, y le abrazó. Le dijo: “Te amé cuando eras una mujer entera, te amé cuando tus estados de ánimos eran difíciles de entender, sequé tus lágrimas cada vez que un hijo tenía problemas… Siempre de mi mano has estado, nunca te he soltado, y hoy que estamos en el ocaso de nuestras vidas, da gracias a Dios porque yo nunca te he dejado de amar.
Y hoy que sólo tienes un pecho, mi amor por ti no ha cambiado, al contrario.
Admiro tu valentía, amo por sobre todas las cosas que nunca has renegado de Dios. Lo asumiste, y estás aquí a mi lado, aún sientes malestar pero estás viva, estás para poder mirarte todas las mañanas y decirte “¡Qué guapa estas!” Eso nunca cambiará en mí, porque eres y serás mi mujer, mi amor de siempre. Aún hoy que te ha tocado tan pesada carga tienes mis brazos para sostenerte, aquí estoy a tu lado, y Dios junto a nosotros, dándonos, fuerza y fe.
Te amé cuando eras hermosa, hoy eres bellísima, los años te han dado sabiduría y valor… Te admiro mi querida esposa…”


Como vemos, el amor es uno de los sentimientos más sublimes que existen. No solo el amor de pareja, sino en todas sus manifestaciones. Esas personas que amamos y que nos aman, nos dan fuerzas y nos permiten encontrar nuevamente el sentido cuando pensamos que el infortunio ha llegado a nuestras vidas.

Son épocas de fin de año, y como dicen, es momento de hacer un balance. Mirar atrás, al año que se va y lo que nos dejó, echar un vistazo al futuro y tratar de proyectarnos a lo que vendrá. Pero, también es importantísimo vivir el presente, dedicar tiempo a quienes amamos, agradecer por el amor que recibimos de nuestros hijos, padres, amigos, novios, esposos, etc., y tener plena conciencia que siempre debemos mantener la esperanza para todo.

Queremos desearles felices fiestas y que el año que viene sea positivo, lleno de bendiciones y amor.

09 diciembre 2009

Melancolía en las fiestas navideñas ¿Cómo apoyamos a un paciente con cáncer de mama?


Foto: indierocket

Estamos cerca a la Navidad. Siempre se dice que esta época del año es la más propicia para estar con la familia y los seres queridos, compartir y reflexionar. Todos los mensajes que llegan a nosotros son de esperanza y felicidad. Sin embargo, estas festividades no tienen el mismo significado para todos.

Se sabe que durante esta época muchas personas son más sensibles a la melancolía y a sentirse deprimidas, sobre todo si están atravesando un momento complicado como puede ser un diagnóstico de cáncer de mama.

¿Qué hacer si llegan las fiestas de fin de año y tenemos a un ser querido que está padeciendo la enfermedad? ¿Cómo los apoyamos? ¿Qué decimos? Lo primero que debemos hacer es estar muy atentos ante las señales para poder ayudar a nuestros seres queridos a levantar el ánimo. Los especialistas recomiendan estimular a las personas deprimidas a que recuerden todo lo positivo que les pasó este año y no centrarse en lo negativo, así como recordar con amor y cariño a los familiares y amigos que están lejos o fallecieron.

¿Pero por qué es importante apoyar emocionalmente y dar ánimos a un paciente de cáncer? Los estudios revelan que hay una relación directa entre la depresión y el riesgo de muerte en pacientes con cáncer. Algunos estudios médicos señalan que podrían existir efectos directos de la depresión en el sistema inmune de los pacientes. Es decir, que un estado de tristeza profunda o melancolía nos afecta físicamente porque hace que nuestras defensas se encuentren por debajo de lo normal.

Además, no descartan que los sujetos con depresión experimenten cambios negativos de comportamiento. Su apatía y tristeza, apuntan, podrían hacer que desoigan los consejos médicos, que incumplan las pautas de las terapias o incluso que incrementen el consumo de alcohol o tabaco.

En cualquier caso, estos especialistas insisten en la importancia de detectar y tratar a tiempo la depresión en pacientes con cáncer y no "excusarla como una reacción comprensible e inevitable ante el diagnóstico".

Destinemos un tiempo especial a nuestro ser querido. Hagámosle saber que estamos allí para ellos y que si bien no podemos comprender cómo y qué están sintiendo, estamos a su lado para lo que necesiten. Seamos comprensivos y busquemos hacer cosas que puedan ayudarlos a levantar el ánimo.

Vivir con cáncer de seno es algo difícil de asumir, pero es algo que debemos aprender a enfrentar y tratar de salir adelante. Encontramos un mensaje de la cantante Soraya que nos gustaría compartir con ustedes. Esta carta resume de manera perfecta lo que en todo este tiempo hemos tratado de compartir con ustedes a través de este blog.
Esperamos que realmente sea un mensaje de motivación y esperanza, sobre todo en esta época.