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Darle a tu cuerpo todos los nutrientes que necesita es importante para todos. Cuando uno combina ejercicio y mantiene un peso adecuado, comer sano es una excelente manera de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y sano.
Esto es más importante aún cuando estamos atravesando un tratamiento para el cáncer de mama o hemos sido tratados en el pasado. En este caso, la alimentación se convierte en un factor clave para ayudarnos a seguir mejor el proceso. Pero también es importante para las personas que tienen alto riesgo de contraer la enfermedad.
¿Pero en realidad qué significa comer sano?
Comer sano significa tener en cuenta comidas variadas que nos darán todos los nutrientes que necesitamos. Estos nutrientes incluyen proteínas (como las carnes, pollo, pescado), carbohidratos (como la papa, el arroz, el pan), grasas (aceite, mantequilla), agua (tenemos que tratar de tomar por lo menos 6 vasos de agua al día), vitaminas y minerales (que las podemos obtener de las frutas y verduras).
Es importante darnos cuenta que nuestro cuerpo necesita todos estos alimentos y no podemos omitirlos de nuestra dieta diaria. Comer sano es importante para todos, porque influye en el sistema inmunológico, la energía e inclusive el humor.
Otro punto importante, es que además de balancear nuestros alimentos también debemos mantener unas porciones adecuadas.
Alimentación durante los tratamientos
Luego de la cirugía, quimioterapia, radioterapia u otro tratamiento contra el cáncer de seno es vital que nuestra alimentación sea adecuada para poder mantenernos fuertes para continuar luchando. Necesitamos alimentos que nos ayuden a controlar nuestro peso (debemos mantener un peso saludable), reducir el cansancio, ganar energía y obtener suficiente hidratación.
Es importante recordar que es muy difícil predecir cómo reaccionará nuestro cuerpo a las terapias. Por eso debemos tener en mente que nuestra alimentación tendrá que ser cuidadosamente planeada, dándonos cuenta qué es lo que nuestro cuerpo necesita y sobre todo qué es lo que tolera.
Los días posteriores a las terapias es común sentirse un poco indispuesta e inapetente. Por ello, debemos tratar de comer cosas que sean suaves y fácilmente digeribles: sopas y caldos, arroz, puré, alguna proteína (de preferencia pollo o pescado) y frutas y verduras (mejor si son sancochadas o al horno). La clave es tratar de encontrar algo que nos guste y nos parezca provocativo de comer. No podemos dejar de alimentarnos en esta etapa porque necesitamos recobrar fuerzas para poder continuar el tratamiento.
Algunos consejos básicos:
- Adiós a la comida chatarra. Optemos por alimentos más elaborados y hechos en casa. No se trata de negarnos algún eventual antojo, pero es preferible dejarlo para esas ocasiones especiales y no como una comida regular.
- Tomemos jugos de frutas y verduras. Son una rica fuente de vitaminas y minerales. Seamos creativas y hagamos combinaciones originales para tratar de no caer en una rutina. Además, debemos encontrar nuestra combinación favorita.
- Mantener al alcance alimentos sanos y fáciles de preparar. De esta manera, en las ocasiones cuando te sientas más recuperada podrás aprovechar y alimentarte de una forma sana y balanceada. Comer pequeñas porciones entre comidas también puede ayudar a recibir suficientes proteínas y calorías.
- Si no tienes apetito, consulta con tu médico. El te aconsejará lo que debes hacer.
Darle a tu cuerpo todos los nutrientes que necesita es importante para todos. Cuando uno combina ejercicio y mantiene un peso adecuado, comer sano es una excelente manera de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y sano.
Esto es más importante aún cuando estamos atravesando un tratamiento para el cáncer de mama o hemos sido tratados en el pasado. En este caso, la alimentación se convierte en un factor clave para ayudarnos a seguir mejor el proceso. Pero también es importante para las personas que tienen alto riesgo de contraer la enfermedad.
¿Pero en realidad qué significa comer sano?
Comer sano significa tener en cuenta comidas variadas que nos darán todos los nutrientes que necesitamos. Estos nutrientes incluyen proteínas (como las carnes, pollo, pescado), carbohidratos (como la papa, el arroz, el pan), grasas (aceite, mantequilla), agua (tenemos que tratar de tomar por lo menos 6 vasos de agua al día), vitaminas y minerales (que las podemos obtener de las frutas y verduras).
Es importante darnos cuenta que nuestro cuerpo necesita todos estos alimentos y no podemos omitirlos de nuestra dieta diaria. Comer sano es importante para todos, porque influye en el sistema inmunológico, la energía e inclusive el humor.
Otro punto importante, es que además de balancear nuestros alimentos también debemos mantener unas porciones adecuadas.
Alimentación durante los tratamientos
Luego de la cirugía, quimioterapia, radioterapia u otro tratamiento contra el cáncer de seno es vital que nuestra alimentación sea adecuada para poder mantenernos fuertes para continuar luchando. Necesitamos alimentos que nos ayuden a controlar nuestro peso (debemos mantener un peso saludable), reducir el cansancio, ganar energía y obtener suficiente hidratación.
Es importante recordar que es muy difícil predecir cómo reaccionará nuestro cuerpo a las terapias. Por eso debemos tener en mente que nuestra alimentación tendrá que ser cuidadosamente planeada, dándonos cuenta qué es lo que nuestro cuerpo necesita y sobre todo qué es lo que tolera.
Los días posteriores a las terapias es común sentirse un poco indispuesta e inapetente. Por ello, debemos tratar de comer cosas que sean suaves y fácilmente digeribles: sopas y caldos, arroz, puré, alguna proteína (de preferencia pollo o pescado) y frutas y verduras (mejor si son sancochadas o al horno). La clave es tratar de encontrar algo que nos guste y nos parezca provocativo de comer. No podemos dejar de alimentarnos en esta etapa porque necesitamos recobrar fuerzas para poder continuar el tratamiento.
Algunos consejos básicos:
- Adiós a la comida chatarra. Optemos por alimentos más elaborados y hechos en casa. No se trata de negarnos algún eventual antojo, pero es preferible dejarlo para esas ocasiones especiales y no como una comida regular.
- Tomemos jugos de frutas y verduras. Son una rica fuente de vitaminas y minerales. Seamos creativas y hagamos combinaciones originales para tratar de no caer en una rutina. Además, debemos encontrar nuestra combinación favorita.
- Mantener al alcance alimentos sanos y fáciles de preparar. De esta manera, en las ocasiones cuando te sientas más recuperada podrás aprovechar y alimentarte de una forma sana y balanceada. Comer pequeñas porciones entre comidas también puede ayudar a recibir suficientes proteínas y calorías.
- Si no tienes apetito, consulta con tu médico. El te aconsejará lo que debes hacer.